martes, 6 de septiembre de 2011

CÒDIGO Y LENGUAJE

CÓDIGO Y LENGUAJE
En un concepto personal, y apoyado en las diversas lecturas, veo el código como la interacción o punto de encuentro entre las intenciones del emisor (lenguaje verbal, escrito, de signos y símbolos), sus representantes o equivalentes y mi capacidad de asimilar lo que dentro de mis contextos, constituye punto de encuentro, o aprehendizaje y en últimas comunicación.

Estos códigos hacen que cada cultura (Tribus, Regiones, Clanes, Asociaciones, Sociedades, etc.) determine parámetros (a través del lenguaje) de convivencia y con ellos la comunicación adquiera cierto “equilibrio” entre sus integrantes; Y digo cierto equilibrio porque aunque estemos en un mismo contexto geográfico (Grimson) por ejemplo y tengamos un idioma oficial, algunos signos tienen diferente significado entre una cultura (ciudad o región) y otra: Un café, en la mayoría de las ciudades Colombianas es una infusión de café; Sin embargo un café en Bogotá, es una infusión de café (para hablar en los mismos términos) pero con leche.
Fuera de éste contexto: geográfico, físico o de entorno, los seres humanos confrontan su “memoria” o caja de ahorros de signos- códigos (Zuleta.1982) con los signos-códigos de otras culturas en aras de entender, asimilar, aprehender, adaptarse y/o convertirlos en cotidianos(Grimson).

El lenguaje es el medio que ha hecho posible el nacimiento, elaboración, desarrollo, transmisión y acumulación de la cultura de los seres humanos (Navarro Alcalá-Zamora).

En éste órden de ideas, el lenguaje agrupa, suma, recoge, construye, edita, y/o elimina, todo el conjunto de signos, símbolos que sirven a los seres humanos para construír un paquete con el cual “negocia” con los demás, su permanencia en la sociedad: crea puentes dentro de la realidad de la vida cotidiana (Berger y Luckman) y trasciende el espacio y el tiempo en su trasegar por la vida; La facultad de comunión del lenguaje, también le permite la re-creación de una realidad que le es propia a cada ser humano (imágenes actuales y remotas) y así como “mundos posibles” (Francois Jacob) a fin de complementar ese inventario que finalmente moldea los inconscientes colectivos de las sociedades. 

Ese lenguaje es el que me permite recoger mi infancia a través de los sabores de una cocina, reconstruir los olores de mundo, transmitir el afecto que siento por quienes me rodean, situarme en el mundo y caminar, aprender y sobre todo desaprender cosas que me permitan reconciliarme conmigo mismo y con el universo, con Dios.

---Luis Arturo Páramo M. – Comunicación Social – U.T.---